Recién vuelvo de Montreal, donde tuve que ir por unos trámites al consulado de España y de Argentina. Espectacular la atención en los dos lugares, no parecen funcionarios públicos...ejem..., perdón… Juandi y Marcelo: ustedes también son una excepción.
Bueno, lo que quería contar es que después de vivir mis 30 y 10 y pico años en Buenos Aires respirando el smog y acumulando ruidos en mis oídos, no debería ponerme re-nerviosa, alterada y fóbica cada vez que debo ir a Montreal y eso, señores, que el ruido y la cantidad de gente es muchísimo menor que andar por la avenida Diagonal Norte en el centro de Buenos Aires y el puente Champlain no es el tren Sarmiento!
También mi maridito la hace mas difícil, cuando no se olvida algún documento, se equivoca de colectora y vamos a parar a un nudo de autopistas por donde es difícil salir y retomar el camino al famoso puente. Por suerte, este último punto se está solucionando, tal cual las experiencias de Pavlov con los perros y ratoncitos, de puro ensayo y error y después de haber ido muchas veces a Montreal, ya no nos perdemos y embocamos el camino de una, pero hasta que no veo las tres crucesitas verdes que tiene el puente donde empieza para indicar las vías libres, yo no respiro.
Creo que Sherbrooke y sus montañitas bajas, su verde, sus pájaros, su avenida King con dársena en todos lados, me han echado a perder para siempre.
Publicadas por Ale Marge
Fijate como vivir en estos lugares tranquilos te revienta la cabeza que el otro día en Ottawa encontré 20 autos juntos y me quejaba por el tránsito!
Besos...